EL CORTIJO DE CALDERETAS Y LA ZONA DE CUMBRE
Constituye un bello paisaje formado por una amplia caldera volcánica rodeada de castaños, olmos y pinares en cuyo interior se asienta una casa tradicional canaria de finales del siglo XIX con tejado a dos aguas. En rededor una extensa explanada donde se cultivan los productos típicos de la zona: papas, cereales y manzanas, y por uno de sus lados el lavadero de Calderetas con sus típicas losetas para el lavado de la ropa. Su origen histórico se remonta hasta la conquista de la isla, al igual que el de otros cortijos que nos encontramos si continuamos nuestro recorrido: Cueva Corcho, Crespo, Almaderos, Mesas de Galaz. Para deleitarnos la vista, enormes extensiones de pinar y de castaños se reforestaron en donde solo había terrenos baldíos o dedicados al pastoreo. A veces, se pueden ver ovejas y corderos encaramados a las laderas, de dos de estos ganados que aún viven en la zona. A lo lejos, si el mar de nubes nos lo permite, podremos avistar espléndidas panorámicas de la capital.
Cerca del Montañón Negro, el paisaje se torna agreste y árido, revelándonos su origen volcánico reciente. Con una altura de 1.500 metros, se eleva ya en el límite meridional del municipio, discurriendo sus coladas a lo largo del Barranquillo del Maipés, afluente del posterior Barranco de la Virgen. Por sus características geológicas singulares ha sido declarado Monumento Natural, pasando a pertenecer a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Canarias.