FLORA

Buena parte del término municipal (80 %) se encuentra catalogado como espacio natural protegido. Por un lado, el Parque Rural de Doramas ocupa la mitad septentrional del municipio, englobando lugares como el Barranco de la Virgen, donde se puede disfrutar aún de un interesante reducto de laurisilva de gran valor botánico, la Reserva Natural Integral de Barranco Oscuro. Todo el Barranco de la Virgen destaca por una vegetación frondosa que domina el paisaje, aunque es especialmente notable este relicto. La zona del Barranco Oscuro es considerada por los investigadores como uno de los fragmentos más ricos y diversos florísticamente entre los restos actuales del antiguo monteverde insular. Se trata de un barranco con paredes muy pendientes y fuertes acantilados, lo que ha hecho que se preserve una flora endémica que en muchos casos sólo habita en esta zona. Por esta razón, esta zona recibe la máxima protección posible dentro de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Canarias: Reserva Natural Integral. Con esto se quiere evitar que desaparezcan para siempre algunas especies que sólo se pueden encontrar aquí. La cresta de gallo (Isoplexis chalcantha) y la salvia blanca (Sideritis discolor) son dos de estas plantas únicas de las que solamente quedan algunos ejemplares. Predominan laureles y barbuzanos; más dispersos se encuentran acebiños, algunos paloblancos y tiles de gran porte. Los viñátigos son más esporádicos en los riscos, intercalados con matorrales, al igual que ocurre con los mocanes. También es reseñable la presencia de saos en áreas muy umbrófilas. Pequeños bosquetes forman especies introducidas como los castaños, los eucaliptos o los álamos. El estrato arbustivo es especialmente rico tanto por su densidad como por su diversidad, destacándose los manchones de brezos. Otra especie común es el follao y la bencomia. También forman matorrales el escobón, el codeso y la retama. Entre los poleos, merece especial mención una especie de esta zona con características propias. En los riscos y cantiles aparecen comunidades de veroles y cerrajas en diferentes formas.

Esta es una reducida muestra de lo que en su día fue el legendario Bosque de Doramas, que cubría todo el interior de la isla. Con la protección del Parque Rural de Doramas se pretende recuperar a través de la reforestación las pequeñas extensiones de laurisilva que aún se conservan. Entre ellas está el área de La Laguna de Valleseco y el Pico de Osorio. Estas zonas de gran belleza paisajística han sido objeto de una intensa labor de repoblación durante años y hoy en día nos ofrecen una buena representación de este tipo de flora. Cerca de la charca de La Laguna se sitúa también un observatorio ornitológico, donde se pueden observar una gran variedad de aves que llegan hasta este lugar.

La mitad meridional del municipio está protegida bajo el nombre de Paisaje Protegido de Las Cumbres. Se preserva un paisaje de gran belleza, pero al mismo tiempo una zona de vegetación que es muy importante para la captación de agua en la isla. También incluye muchas especies de plantas de interés botánico. La primera, la que domina en esta zona: el pino canario (endemismo canario protegido), pero también están la retama amarilla (endémica de Gran Canaria protegida), los cerrajones y cerrajas, también endemismos canarios, la hierba puntera (endemismo de Gran Canaria protegido), el pastel de risco (endemismo canario protegido), góngano o flor de piedra (endemismo de Gran Canaria protegido). También están presentes el tomillo, la salvia (endemismos canarios protegidos) y el alhelí de cumbre (endemismo de Gran Canaria).

Los pinares de esta zona constituyen pinares de repoblación con menos de cincuenta años de existencia. En 1.953, desde el Ministerio de Agricultura, se promulga un Decreto por el que se declara obligatoria la reforestación de varias fincas de la cumbre. De esta forma, el Cabildo Insular llega a acuerdos con los propietarios formando un consorcio, por el cual éstos últimos cedieron estas fincas, haciendo el Cabildo las plantaciones. Los pinares que cubren los montes de Valleseco (Calderetas, Crespo, Cueva Corcho, Almaderos y Mesas de Galaz) y de otros pueblos de alrededor fueron plantados gracias a estas repoblaciones hechas por el Cabildo.