EL CORTIJO DE CALDERETAS Y LA ZONA DE CUMBRE

Constituye un bello paisaje formado por una amplia caldera volcánica rodeada de castaños, olmos y pinares en cuyo interior se asienta una casa tradicional canaria de finales del siglo XIX con tejado a dos aguas. En rededor una extensa explanada donde se cultivan los productos típicos de la zona: papas, cereales y manzanas, y por uno de sus lados el lavadero de Calderetas con sus típicas losetas para el lavado de la ropa. Su origen histórico se remonta hasta la conquista de la isla, al igual que el de otros cortijos que nos encontramos si continuamos nuestro recorrido: Cueva Corcho, Crespo, Almaderos, Mesas de Galaz. Para deleitarnos la vista, enormes extensiones de pinar y de castaños se reforestaron en donde solo había terrenos baldíos o dedicados al pastoreo. A veces, se pueden ver ovejas y corderos encaramados a las laderas, de dos de estos ganados que aún viven en la zona. A lo lejos, si el mar de nubes nos lo permite, podremos avistar espléndidas panorámicas de la capital. Se puede acceder a través del sendero S10, aunque está prohibido entrar en la finca pues es una propiedad privada.

Cerca del Montañón Negro, el paisaje se torna agreste y árido, revelándonos su origen volcánico reciente. Con una altura de 1.500 metros, se eleva ya en el límite meridional del municipio, discurriendo sus coladas a lo largo del Barranquillo del Maipés, afluente del posterior Barranco de la Virgen. Por sus características geológicas singulares ha sido declarado Monumento Natural, pasando a pertenecer a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Canarias.

Ubicación en el mapa

Horario: 
Dejando atrás la parte más poblada del municipio, a pocos kilómetros del casco, se sitúa el Cortijo de Calderetas, hasta el que se accede caminando desde la carretera por una pista de escasos metros.

Comentarios

Cerremos los ojos por un momento y traslademonos ciento y pico años pa tras, cuando en la construccion no habían maquinas y los materiales eran escasos y tenía que transportarse a lomo de burros y mulas. Que trabajo no tuvieron que pasar aquellos hombres que levantaron esas paredes y techos y luego la familia que durante muchos años cuidao con sacrificio y amor aquellas tierras que durante tanto tiempo fue su sustento y el de sus propietarios. Un cortijo donde habitan vacas, ovejas, cochinos, gallinas, cabras, donde en cada estación en sus tierras se cultivaban los productos de cada época y sus tierras estaban atendidas todo el año. Donde los chiquillos de Lanzarote y otros barrios ibamos a jugar a la pelota, a buscar nidos, a coger pajaros al estanque de caldereta o a deslizarnos por el cable que bajaba de la loma e iba hasta la boca del pozo. Por que nuestros hijos no pueden tener la misma herencia. Porque dejan que se deteriore y se caigan sus paredes y techos y actualmente parece una casa fantasma. Que tristeza cerrar los ojos y volver a la niñez para luego ver en lo que acaba nuestra historia. Que bonito sería crear un aula de la naturaleza en ese espacio tan privilegiado para observar aves y otros animalillos del campo...... Animo al ayuntamiento de Valleseco haber si puede hacer algo. Un saludo y conservemos lo nuestro. Que un pueblo que destruye es un pueblo sin identidad al final...