Rutas etnográficas de Valleseco: ruta del agua

El clima de Valleseco se caracteriza por estar abierto a la influencia de los alisios y afectado por el mar de nubes y las perturbaciones que vienen de latitudes medias. En lo que respecta a la pluviometría, en primavera ronda los 148,1 mm., en verano 17.1 mm., en otoño los 223,2 mm. y en invierno los 336,1 mm. La existencia de tal cantidad de agua, combinado con la orografía de barrancos de la zona y la acción del hombre, ha generado un importante legado hidraúlico, que pervive hoy en día y que fue construido desde momentos posteriores de la conquista a lo largo de los siglos hasta la actualidad. Los motivos por los que se desarrolló esta infraestructura fueron fundamentalmente el reparto de tierras y aguas de nuestro municipio después de la conquista a propietarios foráneos y, por consiguiente, la construcción de una serie de canalizaciones para transportarla. Y la tradición agrícola base de la subsistencia del municipio y el gran valor del agua como recurso para la comunidad, que generó todo tipo de infraestructuras para su aprovechamiento.

Se crearon acequias, estanques, pozos, fuentes, pilares, lavaderos para canalizar y utilizar el agua tanto para uso doméstico, dada la falta de una red de abasto público, como para dar de beber a los animales y regar las cosechas. Cada uno de estos elementos se pueden ver en cualquier rincón de nuestro municipio haciendo rutas por el curso de las acequias o por los senderos.

Las acequias eran las principales vías que servían para transportar el agua desde los pozos, galerías o presas situadas en la cumbre hasta las fincas de cultivo, estanques de almacenamiento o los puntos de recogida por la población. En la actualidad siguen haciendo el mismo servicio y son cuatro las principales acequias que recorren nuestro municipio:

  • Acequia Honda, data de la primera mitad del siglo XIX y pertenece a la Heredad de aguas de Arucas y Firgas. Se recogían las aguas de la cuenca del Andén para llevarlas hasta Arucas y en su transcurso movían los molinos.

  • Acequia de la Cumbre, cuya cronología data de principios del siglo XIX. Conduce las aguas de la Presa de Hornos, cerca del Roque Nublo, hasta Arucas.

  • Acequia de Crespo, de la que existe un documento en el que Don Cristóbal Manrique de Lara y Conte en 1893 solicita autorización para pasar una acequia que arrancaría desde las galerías de agua situadas en su cortijo hasta Teror.
  • Acequia Romero, data del siglo XIX y nace en el estanque del Ovejelillo, donde confluían las aguas de Meleros y conducía las aguas de este cortijo hacia Teror y Arucas.

Los lavaderos se situaron en el curso de las acequias en los lugares de mayor población y fueron un gran progreso, pues anteriormente la ropa se lavaba en los barrancos. Se construyeron a finales del siglo XIX y principios del XX. Algunos de ellos se techaron con estructuras a cuatro aguas con tejas para resguardar a las mujeres de la lluvia y el sol, como en Zamora y en Lanzarote, una de las imágenes más típicas y conocidas del municipio, que aún pervive en nuestros días. Los lavaderos eran puntos de obligada concurrencia de las mujeres, encuentros donde circulaban todas las noticias de los pueblos y donde, además, concurrían arrieros, yerberos, loceras o pescaderas. En Valleseco hay 49 catalogados. El procedimiento de lavado tradicional era largo y complejo, se hacía por tandas, separando la ropa por colores, tipo y suciedad. Se comenzaba dando una mano (remojar, enjabonar y salpicar) para dejarla reposar (arrimar), mientras se repetía el procedimiento con otra tanda de ropa. Luego se daba otra segunda mano similar a la primera para, a continuación, tender las piezas al sol sobre piedras y matorrales con rociados continuos para no dejarla secar a fin de eliminar manchas. Cada tanda, si lo requería, llevaba una tercera mano o añilado (ropa blanca remojada en añil para dar blancura). Finalmente se retorcían todas las piezas y se depositaban en una palangana para secarlas tendidas en liñas, fuera de los lavaderos o en las casas. En los municipios de las medianías del norte, incluida la zona baja de Arucas, se ha catalogado el 72% de los 215 lavaderos localizados en Gran Canaria. Valleseco, con 49 unidades, es uno de los lugares con mayor densidad, superado sólo por Arucas con 53, aunque es en este municipio de las medianías altas donde se mantiene más la tradición de lavar la ropa en lavaderos. Los pagos con mayor densidad son Valsendero con 15 unidades, Lanzarote con 16 y el mismo casco, que cuenta con 6 más.

Las cantoneras son una infraestructura genuinamente canaria, que servía para el reparto de agua dirigida a los comuneros, ganaderos y regadíos. Su origen histórico se centra en el reparto de aguas que se produjo en los momentos posteriores a la conquista. Hay que tener en cuenta que el agua pasó a manos de foráneos y que éstos debían transportarla hacia la costa de alguna manera. Además, tenían que pedir permiso a los propietarios de las tierras por donde pasaba la acequia transportadora del agua. A cambio, se le daba una cierta cantidad de ésta para su propio suministro. Para la correcta medición de este recurso se usaban unas tablillas que se caracterizaban por su gran exactitud.

Las fuentes se construyeron a principios del siglo XX para facilitar la labor del abastecimiento de agua para la población. Consistían en unas pocetas, normalmente dos, una para las personas y otra para los animales. Con un jarro se recogía el agua de la poceta y se echaba en el recipiente que se traía para transportar el agua. La procedencia del agua podía ser un naciente natural o un estanque. Algunos ejemplos de fuentes las tenemos en Carpinteras, Fuente del Junco, Fuente El Pilón; en Caserón, Fuente de Caserón y en Zamora, Fuente de Zamora.

Los pilares se construyeron en los años 50. Principalmente, se sitúan en el recorrido de las acequias. Mediante un desvío el agua entra por un vaso, donde se puede llenar recipientes. Se erigían en lugares de mayor población. Las fuentes, por el contrario, estaban más alejadas. Además, los pilares se construyeron con azulejos que eran más higiénicos y la obtención del agua era más limpia, pues se usaba un chorro en lugar de una poceta. Algunos pilares situados en los barrios se alimentaban directamente de nacientes, como el Pilar de la calle Los Matos o en la calle Flor de Mayo en el casco de Valleseco; los pilares en Valsendero o en Madrelagua.

Los molinos se colocaban en las corrientes de agua, pues ésta acciona el mecanismo que pone en movimiento las piedras trituradoras del grano. La actividad principal de estos molinos es la molienda del grano obteniendo un producto para la alimentación: gofio o harina. El molinero molía el grano a cambio de la maquila, una parte de la molienda, o a cambio de dinero. En Valleseco, los molinos fueron de gofio y se construyeron a partir de la segunda mitad del siglo XIX entre 1874 y 1900. Había 4 molinos (Molino de Huerta Grande o Valsendero, Molino Chico, Molino del Molinete, Molino de Abajo) y uno más en el límite entre Valleseco y Firgas (Molino de Cha Margarita), situados en el recorrido de la acequia de la Heredad de aguas de Arucas y Firgas y al borde de los caminos reales. Algunos de ellos contaban también con tienda de víveres. En la actualidad, se han restaurado dos de estos cuatro molinos, aunque de los otros quedan vestigios como el cubo del molino.

A estas infraestructuras hidráulicas habría que añadir otras como los nateros o decantadores que se colocaban en el curso de las acequias para filtrar el agua de hojas y sedimentos y que no se tupiera la acequia, especialmente cuando iba por debajo de la tierra. Los acueductos servían para salvar algún obstáculo o altura y que la acequia discurriera sin bajadas bruscas, pues el agua se mueve gracias al ligero desnivel de las acequias. Los bebederos se colocaban en el curso de las acequias para que los ganados pudieran beber. De todas estas infraestructuras, hay ejemplos en las principales acequias. Otros elementos relacionados con el aprovechamiento del agua por la población son pozos, estanques, estanques cueva, pozas, algibes o galerías distribuidos por toda la geografía del municipio.

Para conocer todos estos elementos etnográficos relacionados con el transporte y utilización del agua, proponemos dos rutas:

-RUTA DEL AGUA: ACEQUIA HONDA

Recorrido circular de 8,56 kms en el que se pueden observar gran parte de los elementos del patrimonio hidráulico con el que cuenta esta acequia. Parte de Valsendero en el Barranco de La Virgen y sube hasta la carretera GC-307 para bajar hasta la zona de Caserón y El Molinete. Desde ahí el camino baja hasta el Barranco de La Virgen de nuevo por donde se sube hasta llegar al punto de partida en Valsendero. Al llegar al Barranco de La Virgen está la opción de bajar hasta Las Madres y ver algunos elementos más de la acequia.

 

Recomendaciones: en algunos tramos se pasa por carretera y se ha de prestar atención al tráfico. No se recomienda hacer el recorrido por toda la acequia, pues hay peligro de caída y gran altura en algunos tramos. Por ello solo se pueden ver los elementos que están cerca de la ruta sugerida.

-RUTA DEL AGUA: ACEQUIA DE CRESPO Y ACEQUIA DE LA CUMBRE (recorrido completo)

Ruta circular de 12,77 kms siguiendo el curso de las acequias de la Cumbre y de Crespo en parte de su recorrido. Se puede observar muchos elementos del patrimonio hidraúlico. La ruta parte de El Lomo, pasando por el Lomo de la Rosa, Balcón de Zamora y La Laguna. Desde ahí vuelve hacia el casco de Valleseco, Lanzarote, El Prado, Calderetas, Cueva Corcho y El Lomo. No obstante, al ser circular se puede iniciar en cualquier punto del recorrido.

Recomendaciones: en algunos tramos se pasa por carretera y se ha de prestar atención al tráfico. No se recomienda hacer el recorrido por toda la acequia, pues hay peligro de caída y gran altura en algunos tramos. Por ello solo se pueden ver los elementos que están cerca de la ruta sugerida.

-RUTA DEL AGUA:ACEQUIA DE CRESPO Y ACEQUIA DE LA CUMBRE (recorrido corto)

Ruta circular de 5,8 kms siguiendo el curso de las acequias de la Cumbre y de Crespo en parte de su recorrido. La ruta parte de Lanzarote, baja por el Lomo de la Rosa hasta llegar al Balcón de Zamora, para subir hasta el casco de Valleseco y de Lanzarote. 

Se puede aumentar el recorrido un poco, hasta 8,08 kms, si se continúa de Lanzarote a Cueva Corcho para ver los elementos etnográficos de esta zona y se vuelve por el mismo camino.

Recomendaciones: en algunos tramos se pasa por carretera y se ha de prestar atención al tráfico. No se recomienda hacer el recorrido por toda la acequia, pues hay peligro de caída y gran altura en algunos tramos. Por ello solo se pueden ver los elementos que están cerca de la ruta sugerida.